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PARÍS hnos. Catering: El sabor de una marca familiar con mucho corazón

PARÍS hnos. Catering: El sabor de una marca familiar con mucho corazón

Hay encargos que llegan sin hacer ruido, pero que te despiertan una sonrisa. Cuando la familia París se puso en contacto conmigo para crear la identidad de su nuevo proyecto, supe que no solo estaba diseñando una marca, sino colaborando en una historia que lleva décadas escribiéndose con harina, horno y cariño.

 

Una nueva rama de una familia de obradores

La familia París regenta desde hace muchos años el horno más conocido del pequeño municipio valenciano de Piles. Quienes los conocen, saben que su reputación no es casualidad: trabajan bien, con honestidad, con sabor. Y eso, en el mundo de la alimentación, vale oro.

De su obrador han salido infinidad de dulces, panes y salados que han acompañado las mesas de generaciones. Por eso, cuando decidieron ampliar su negocio hacia el catering para eventos, entendí que este nuevo proyecto debía ser una extensión natural de lo que ya eran: cercanía, calidad, confianza.

 

El naming: más personal, imposible

No hubo muchas dudas al respecto. El nombre "París" ya significaba algo en Piles y alrededores. Era reconocible, evocador y, además, abríamos la puerta a un imaginario que podía jugar en favor del branding. La decisión fue fácil: PARÍS hnos. Catering. Directo, familiar y con herencia.

 

Gráfica con sabor a gran ciudad y corazón de pueblo

Lo más interesante vino con el desarrollo visual de la marca. Teníamos un nombre potente, pero también una oportunidad de jugar con las asociaciones mentales que genera "París". Y ahí entró la Torre Eiffel, convertida en protagonista del logotipo, sustituyendo la letra "A" de forma elegante y simbólica.

Esta decisión no solo dotó al logo de carácter, sino que añadió un toque de sofisticación muy acertado para un servicio de catering. Porque, si bien el alma de PARÍS hnos. es humilde y trabajadora, la presentación de sus productos es siempre cuidada y con gusto. La Eiffel en el logotipo es un guiño aspiracional que se siente natural.

 

La blonda: un marco que cuenta historias

El nombre se encierra en un círculo rodeado por una línea circular discontinua, que remite inmediatamente a las blondas de papel que cubren las bandejas de pastas, empanadas o canapés en cualquier celebración. Es un detalle que emociona porque rescata una estética clásica del mundo del catering y lo convierte en una seña de identidad visual.

Este marco, además de embellecer, conecta con lo sensorial: al verlo, casi puedes imaginarte los sabores, los olores, el ambiente festivo. Y eso es precisamente lo que debe hacer una buena marca: evocar sin necesidad de explicar.

 

Color y vitalidad en cada versión

Para la papelería y tarjetas de visita, optamos por un juego cromático audaz y alegre. Cuatro colores dominantes:

  • Amarillo anaranjado: asociado con la energía, el optimismo y el pan recién hecho.

  • Verde lima: frescura, novedad, vitalidad.

  • Azul mar: confianza, profesionalidad, calma.

  • Rojo: pasión, intensidad, celebración.

Estos tonos no sólo cumplen una función estética, sino que ayudan a asociar emociones distintas según el tipo de evento. De este modo, la marca se vuelve versátil y adaptable, sin perder su coherencia.

 

Un reverso que une pasado y futuro

La parte trasera de las tarjetas conecta el nuevo servicio de catering con el origen de todo: el horno. Se trabajó en tonos grises, con una composición sobria pero efectiva. Y, como elemento de continuidad, volvimos a usar la blonda circular como recurso visual.

Aparecen las tres direcciones de los establecimientos del horno París, ubicados en Piles, la Playa de Piles y la Playa de Miramar. De esta manera, el cliente entiende rápidamente que el catering no es una ocurrencia repentina, sino una extensión de un oficio consolidado.

 

Una marca sencilla, pero llena de matices

PARÍS hnos. Catering es una marca que no necesita gritar. Su fuerza está en la autenticidad y la cercanía. Es una marca que habla de familia, de tradición, pero también de celebración, de cuidado, de alegría compartida.

Para mí, fue un lujo participar en este pequeño gran proyecto. Porque cuando te encargan una marca desde la confianza, el resultado siempre está más cerca del corazón. Y porque trabajar con quienes saben endulzar la vida de los demás, es un regalo para cualquier creativo.

Gracias por dejarme poner nombre y forma a una nueva etapa de su historia. Y gracias por recordarme que las marcas más bonitas, a veces, se hornean despacito, con mimo, y con mucho sabor.

Tito Estruch
Interim Manager en Comunicación | Experto en Marketing y Creación de Marca

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