Kidsme: Una Marca con Abrazo y Carácter para los Más Peques y los No Tan Peques
- 01/04/2025
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Los proyectos más especiales nacen del cruce de caminos entre la visión de un cliente, la creatividad de un equipo y una historia que merece ser contada. Así fue como surgió Kidsme, una tienda de ropa para niños y adolescentes que se propuso vestir con estilo, color y carácter a las nuevas generaciones. Una marca que tuve el privilegio de crear junto a mi socio y amigo diseñador Juan Prieto, y que hoy forma parte de esas experiencias que me recuerdan por qué amo crear identidades que emocionan, conectan y perduran.
El Concepto: Ropa con Diseño para Todas las Edades (de Verdad)
Desde el principio, las propietarias de Kidsme tenían muy claro el concepto de su tienda: ofrecer ropa de marcas de nivel medio-alto, con un fuerte componente de diseño, para niños y adolescentes. No querían una tienda convencional. Buscaban algo diferente, algo con alma. Algo que hablara el idioma de sus clientes: tanto el de los más pequeños como el de esos jóvenes que ya no quieren que los traten como niños.
Este fue nuestro punto de partida: una marca que pudiera crecer con su público, que conectara emocionalmente tanto con quienes eligen la ropa (padres y madres), como con quienes la usan (niños y adolescentes). Un doble reto que nos emocionaba desde el inicio.
Kidsme: Un Juego de Palabras con Mucho Estilo
En el proceso de naming, sabíamos que necesitábamos algo que fuera fácil de recordar, con personalidad, y que jugara con el lenguaje de una manera sutil pero eficaz. Así nació Kidsme. Un nombre que puede leerse como "kiss me" (bésame), pero que también se interpreta como "kids + me", evocando una conexión directa, cercana y emocional con el universo infantil y juvenil.
Kidsme suena familiar, divertido y estiloso. Tres cualidades que queríamos que impregnaran todo el universo de marca. Porque nada conecta más que una marca que habla como tú, que juega como tú y que viste como te gusta.
El Estilo Visual: Entre el Abrazo y el Comic
En lo gráfico, el trabajo de Juan Prieto fue una vez más brillante. Inspirándose en el carácter de las dos propietarias de la tienda —cercanas, amables, cariñosas—, Juan dio vida a dos personajes entrañables, con edad indeterminada, que se abrazan, se besan y se miran desde una estética tipo cómic, limpia y emocional.
Estos personajes no solo representan a los niños y adolescentes, sino que también simbolizan la relación cálida entre marca y cliente. Son cercanos, divertidos y cargados de personalidad. Son el alma de Kidsme, y funcionan como el guiño emocional que hace que el público no solo vea, sino que sienta la marca.
La paleta cromática, las tipografías y los recursos visuales fueron cuidadosamente seleccionados para transmitir alegría, estilo y cercanía. El resultado: una identidad visual coherente, reconocible y, sobre todo, empática.
Kidsme, El Poder de un Color que Habla por Sí Mismo
Cuando comenzamos a construir la identidad visual de Kidsme, sabíamos que no queríamos caer en los estereotipos habituales asociados a las tiendas de ropa infantil y juvenil. No habría tonos pastel, ni combinaciones previsibles, ni paletas "niño o niña". Queríamos una marca con personalidad, con un punto de sofisticación, pero también con una chispa disruptiva que rompiera moldes desde el primer vistazo. Y así llegamos a la combinación que da vida a Kidsme: negro, gris y magenta.
El negro fue nuestro punto de partida. Es un color que, lejos de ser frío o distante, transmite estilo, sobriedad y atemporalidad. Queríamos que Kidsme tuviera un aire elegante, incluso en un entorno destinado a los más jóvenes. Porque sabemos que la moda infantil también puede (y debe) tener diseño, intención y cuidado en cada detalle.
El negro nos sirvió como columna vertebral visual. Un fondo perfecto sobre el que construir contrastes, destacar mensajes y dar protagonismo a los elementos gráficos y tipográficos. Es el color que aporta la seriedad justa a una marca que, aunque divertida, no quiere ser frívola.
El gris se sumó como color complementario. Funciona como un nexo entre lo sofisticado del negro y lo rompedor del magenta. Es un tono equilibrado y versátil, que suaviza y armoniza el conjunto, aportando una sensación de cercanía y confianza.
En la comunicación visual de Kidsme, el gris ayuda a organizar la información, a crear jerarquías limpias y a mantener un tono amable sin caer en la saturación visual. Nos da libertad para destacar cuando es necesario, y también para contener cuando la composición lo pide.
Y entonces llegó el magenta. Ese color que a veces incomoda, que no deja indiferente, que rompe con lo previsible. No lo elegimos por ser un color "de moda", ni por querer asociarlo a un género o a una edad. Al contrario: lo escogimos precisamente para desmarcarnos de los estereotipos.
El magenta en Kidsme es puro carácter. Es el acento que llama la atención, el gesto que hace girar la cabeza, el detalle que hace sonreír. Es un color con fuerza, pero también con ternura. Conecta con los niños, con los adolescentes, con quienes tienen algo que decir y quieren hacerlo con estilo. Es la nota divertida, el guiño rebelde, la identidad hecha contraste.
La combinación de negro, gris y magenta no es casualidad. Responde a una estrategia visual que busca transmitir lo que Kidsme es: una marca con personalidad, que escucha a su público, que se atreve a ser distinta y que pone el diseño al servicio de la experiencia.
No hace falta llenar de colores una identidad para que sea vibrante. A veces, basta con saber elegir tres tonos que dialoguen entre sí, que representen el alma de la marca y que comuniquen con claridad lo que se quiere ser.
En el caso de Kidsme, estos tres colores no solo visten la marca, sino que la definen, la proyectan y la diferencian. Porque en un mundo lleno de ruido visual, tener una paleta coherente, valiente y significativa es, sin duda, una forma de destacar.
Y eso es, precisamente, lo que hace Kidsme desde el primer vistazo.
Publicidad Exterior y Bolsas que Caminan Solas
Como ya hicimos en el proyecto de Babutxes, sabíamos que una tienda física necesita una presencia potente en calle. La rotulación exterior y el diseño de bolsas no son accesorios: son soportes clave para generar visibilidad, notoriedad y recuerdo.
Para Kidsme, desarrollamos una rotulación exterior llamativa pero elegante, que resaltara en el entorno urbano sin resultar estridente. Apostamos por el uso inteligente del color para invitar a entrar sin intimidar.
Pero si hubo un elemento que generó impacto desde el primer día fueron las bolsas de compra. Grandes, cómodas, resistentes, y con un diseño que no pasaba desapercibido. Cada cliente que salía de Kidsme se convertía en un anunciante en movimiento, paseando por la ciudad una bolsa que llamaba la atención y contaba una historia. Porque, si lo piensas, una buena bolsa es un escaparate con patas.
Una Marca que Habla de Tú a Tú
Uno de los grandes logros de Kidsme es haber conseguido una comunicación bidireccional con su público. No habla desde arriba, ni se impone con un tono autoritario. Habla desde el tú a tú. Se dirige a niños y jóvenes sin subestimarlos, y a padres y madres sin sobreinformarlos. Es una marca que sabe escuchar y que sabe jugar.
El estilo editorial que desarrollamos acompaña esta filosofía. Mensajes breves, simpáticos, llenos de guiños. Contenido que invita a sonreír, a compartir, a formar parte de una comunidad que viste bien, piensa mejor y siente bonito.
El Valor de un Buen Equipo Creativo
Este proyecto, como tantos otros que he compartido con Juan Prieto y Vicent Poquet, me reafirma en una convicción que tengo desde hace años: un buen equipo creativo puede llevar cualquier idea a lugares insospechados. Pero para que eso ocurra, hay dos condiciones imprescindibles:
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Un briefing claro, estructurado y realista.
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Un cliente dispuesto a confiar, a dialogar y a disfrutar del proceso.
Las propietarias de Kidsme fueron ese tipo de clientas. Apasionadas por su proyecto, comprometidas con su esencia, y abiertas a las propuestas que fuimos construyendo en conjunto. Esa confianza fue el combustible de nuestra creatividad.
Y eso es algo que nunca dejaré de agradecer: cuando el cliente no solo pide, sino que también se implica, los resultados son siempre más honestos, más coherentes y más emocionantes.
Hoy, Kidsme no existe como tienda. Pero sigue siendo una marca con alma, que englobaba una comunidad pequeña y creciente de personas que apostaban por vestir con estilo sin perder la frescura, donde la ropa se convertía en una forma de expresión, de juego y de identidad.
Ver cómo los niños salían felices con sus bolsas, cómo los adolescentes se sentían identificados con los personajes de la marca, cómo las familias recomendaban la tienda con entusiasmo... Todo eso nos confirma que el trabajo bien hecho deja huella.
Crear la marca Kidsme fue un viaje creativo que combinó estrategia, emoción y mucha cercanía. Un proyecto donde todo tenía sentido: el naming, los personajes, el diseño, las bolsas, la comunicación... Todo encajaba porque todo estaba conectado con una verdad: que vestir a los más jóvenes es también vestir su imaginario.
En ElefantAmbulant, me gusta pensar que cada marca que creamos es como una huella dactilar: única, irrepetible y profundamente humana. Y Kidsme es, sin duda, una de esas huellas que más orgullo me genera mirar hacia atrás.
Si tienes un proyecto entre manos, si estás pensando en crear o renovar tu marca, y si crees en el poder de las buenas ideas y los equipos que las hacen posibles, aquí me tienes.
Hasta el próximo post.
Tito Estruch
Interim Manager en Comunicación | Experto en Marketing y Creación de Marca